SAO PAULO, Brasil.- La polémica desatada luego de que la joven brasileña Catarina Migliorini vendiera su virginidad por U$S780.000 hoy encuentra un nuevo capítulo. Es que Justin Sisely, dueño de Virgins Wanted -sitio encargado de organizar las subastas-, podría ser acusado de tráfico sexual por parte de la Justicia carioca.
El fiscal general, Joao Pedro de Saboia, solicitó a través de una carta al ministro de Relaciones Exteriores de Brasil que se abra una investigación acerca del caso. Entre otras cosas, pide que no se pemita la concreción del acto sexual y que la veinteañera sea deportada por ejercer la prostitución.
"Natsu", como fue identificado el mejor postor, ahora no sólo tendrá que cumplir con las duras condiciones impuestas por la propia joven, sino además esperar una eventual decisión de las autoridades. LA GACETA ©